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Mente Aiki

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¿Qué tipo de mente estamos desarrollando a través de la práctica de Aikido?

Seishin Aikido Mallorca. Lorenzo Coll Sensei.
Seishin Aikido Mallorca. Lorenzo Coll Sensei.

Al adentrarnos en la práctica del Aikido, nos encontramos ante una pregunta fundamental: ¿Qué tipo de mente estamos desarrollando a través de dicha práctica? Esta cuestión, que merece reflexión, nos invita a examinar nuestro estado durante el entrenamiento. ¿Es nuestra práctica un mero acto mecánico de ejecutar técnicas, o hay algo más profundo? La respuesta a esto se encuentra, en gran medida, en nuestra capacidad para abandonar el ego y buscar una unión más íntima con la naturaleza, un principio que se manifiesta claramente en la transmisión de O’Sensei.

Aikido, más allá de ser una colección de técnicas marciales, es un camino hacia la comprensión del flujo natural de la energía. Durante la práctica, el sentimiento que deberíamos cultivar no es el de dominar al oponente, sino el de conectarnos con él a un nivel fundamental. Esta conexión requiere que estemos completamente presentes en el momento, en un estado de «hacer» sin hacer, donde los movimientos surgen espontáneamente en respuesta al encuentro. La práctica en el tatami es, en este sentido, una preparación para la vida: los ejercicios que realizamos no son más que herramientas para afinar nuestra sensibilidad hacia el «timing» y el flujo de energía entre nosotros y nuestros compañeros.

O’Sensei nos dejó un legado que va más allá de las técnicas físicas; su enseñanza subraya la importancia de cultivar un espíritu de paz y reconciliación. Practicar Aikido con esta mentalidad significa trascender el concepto de victoria sobre los demás y, en su lugar, buscar la victoria sobre nosotros mismos. Esto implica dejar atrás la agresión y el egoísmo para abrazar la compasión y la comprensión mutua.

La práctica del Aikido es un camino hacia el descubrimiento de nuestra verdadera naturaleza. A través de ella, buscamos desarrollar una mente que sea a la vez receptiva y fluida, capaz de unirse a la naturaleza y fluir con la vida. Para ello, es imprescindible alejarse de la fantasía de la separatividad y la necesidad de dominación sobre los demás y comprometerse con un camino de auténtica transformación personal.

Lorenzo Coll
Seishin Aikido Mallorca

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